Heredera de la fábrica fundada en 1910, J. Silva Moreira & Irmãos, L.da, se prepara para completar un siglo de actividad y se asume como una Empresa calificada para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Por el camino, se cuentan dos generaciones de industriales determinadas. Hoy, la tercera generación ve con orgullo su pasado y mira con confianza el futuro que está trazando. Cuando Joaquim da Silva Moreira fundó su fábrica, en 1910, ya sabía que la realización natural de una empresa sólo se conseguía a través del crecimiento. Por esto, el marasmo que se verificaba en aquella conturbada época (que afectaba al sector y no sólo) convirtió en más penoso el largo y difícil camino que él esperaba encontrar por delante, a pesar de la imaginación fértil y de la creatividad intuitiva que alimentaban su sueño. Gracias a esas cualidades, inventó y construyó maquinaria que le permitió asegurar la actividad que había creado, hasta que la realidad nacional y los condicionalismos que apretaban a la industria de los años 40 vinieron a transformar sus máquinas en equipamiento inútil.

Al fundador, le sucedió Agostinho da Silva Moreira, a quien le cupo el papel de continuador de los 40 años ya transcurridos. Poniéndose manos a la obra, en poco tiempo empezó el proceso de actualización que se le imponía. Así, a finales de la década de los 60, la actividad de medio siglo se animó de repente con nuevas inversiones: la fábrica, que apenas había conocido el ruido de torcedores de alambre durante cerca de cinco décadas, pasó a vivir al son del matraquear constante de los nuevos motores y tambores, que comenzaron a producir alambres de espino y redes. Modernizar y recuperar el atraso en un país que entraba en el último cuarto del siglo XX pasó a ser la opción estratégica a proseguir por la tercera generación. Se le dio un nuevo ritmo al crecimiento, con la perfección y diversificación de los productos, con el fin de garantizar la satisfacción simultánea de dos objetivos: una grande calidad en el trabajo acabado y una mayor globalización dentro del sector. De este modo, la actual Empresa pasó a ofrecer nuevos productos, al mismo tiempo que inició la comercialización de derivados de otros fabricantes y productores internacionales de reconocido prestigio. Con la posesión del importante legado de casi un siglo de trabajo, J. Silva Moreira & Irmãos, L.da, apuesta por los cada vez más numerosos amigos que siempre han sido sus destinatarios. Y continúa hoy sabiendo aquello que Joaquim da Silva Moreira ya sabía en 1910: la realización natural de una empresa sólo se consigue a través del crecimiento. Con el rigor y con la honradez que el nuevo siglo ha de exigir como valores perfeccionados.